Inteligencia Colectiva

Portal Informativo de las Carreras de Periodismo y Comunicación de la Universidad Blas Pascal.

Me vieron cruzar

Por Delfina Cuevas

La vida de Pilar Casas cambió por completo desde que pisó una cancha de fútbol. Con ella comprendí que este es mucho más que un deporte. Es un oxígeno con olor a potrero, un cruce interminable donde te vas a caer, levantar, tropezar, perder y ganar… y ya no estoy hablando solo de fútbol.

Hay muchos significados diversos que podés encontrar –según la numerología– en el 18. Algunas personas dicen que no puede ser controlado ni domado por nadie, que es un número de karma, fuerza interior, abundancia y liderazgo. En la antigua Roma, el 18 representaba el valor numérico de la letra “R”, que era la inicial de “Roma”, la ciudad eterna.

En el calendario hebreo, el 18 es considerado un número de buena suerte y se utiliza con frecuencia en la cultura judía: la palabra hebrea para 18 es “chai”, que significa “vida”. Al tener una mezcla del 1 y el 8, cuenta con la capacidad de conseguir todo cuándo se lo propone y cómo se lo propone, por lo que se caracteriza por siempre dar cierre a sus ciclos.

Si de barajas hablamos, las cartas estuvieron tiradas desde el primer minuto. En el Tarot corresponde a la carta de “La Luna”, que simboliza el final del camino, donde la presencia de la luz es la salvación. Esta carta puede significar una prueba final, que solo podrá ser superada si se tiene la suficiente voluntad, fuerza y coraje.

En Argentina, el número 18 dirige hacia la eternidad y huele a campeón.

18 de diciembre de 2021 – Fútbol femenino – Final primera C de AFA.

Estamos en la gran final del torneo de la Primera C de AFA de fútbol profesional. Hoy, Belgrano, que la próxima temporada jugará en la Primera B, se enfrenta a Claypole. El título se define en el estadio Mario Alberto Kempes. Las chicas de Belgrano hacen historia en el fútbol cordobés; esta temporada quedará marcada para siempre.

En la fase regular, Belgrano contó con 97 goles a favor y tan solo uno en contra. Por otra parte, en cuartos de final y semifinal obtuvo un total de 107 goles a favor y solamente tres en contra.

– – – – –

18 de diciembre de 2022 – Fútbol masculino – Final Copa del Mundo 2022 Qatar.

Hoy es el día de la gran final de la Copa del Mundo. Argentina, señoras y señores, estamos en la final del Mundial. ¡Vamos, Argentina de mi corazón, por un pasito más!

— — — – –

Esperame que se viene. Está el primero. ¡Está el primero! ¡La Pepa, la Pepa, la Pepa! ¡GOL!, ¡GOL!, ¡¡¡GOOOOOOL!!!, ¡¡¡GOOOOOOOOOOL!!!, ¡¡¡GOOOOOOOOOOL!!! ¡GOL DE BELGRANO! Romina “La Pepa” Gómez hace el gol más importante, quizás, de toda su carrera, en apenas cuatro minutos y 30 segundos de este primer tiempo. ¡Ahí apareció la número 10!

— — — – –

Enzo Fernández va, Argentina, ¡qué bueno, me gusta! Le queda a Alexis, va para Julián, tocó primero para Angelito, habilitado, ¡muy buena, eh! Angelito buscará el centro abajo, veremos, ¡qué buena, Di María! Bien por Di María, falta. ¡PENAL, PENAL, PENAL, PENAL, PENAL, PENAL, PENAL, PENAL! ¡QUÉ BUENA, PENAL, PENAL, PENAL, PENAL, PENAL PARA ARGENTINA!

— — — – –

Penal, penal, penal. Minuto 8. GOL DE “LA PEPA” GÓMEZ DE PENAL. Pone el dos a cero.

— — — – –

Le va a pegar Leo, le va a pegar Messi. Busca Argentina abrir el marcador. Le va a pegar Messi, ¡va, Messiiiiiiiiii GOOOOOOOOL, GOOOOOOOOOOOOOOOOOL, GOL ARGENTINO!

— — — – –

Llega Acevedo por lo bajo para Casas y GOOOOOOOOOL DE PILAR CASAS a los 32 minutos del primer tiempo. Ahora Belgrano 3, Claypole 0. ¡Claypole está recibiendo una PALIZA totalmente inesperada para una final!

— — — – –

La para Messi, viene Leo, toca rápido para Julián. ¡Vamos, Argentina! Rápido para Alexis, puede ser, Angelito va para Angelito… GOOOOOOOL, GOOOOOOOL ARGENTINO. No hay final si no hay gol de Angelito.

Se termina el primer tiempo. Argentina de mi alma, Argentina dos, Francia cero. ¡LOCURA, LOCURA, LOCURA! Francia está recibiendo una PALIZA totalmente inesperada para una final.

— — — – –

Gol de Claypole a los 38 minutos del primer tiempo. Termina el primer tiempo 3 – 1, va ganando Belgrano.

— — — – –

Empieza el segundo tiempo. ¡Atento, Otamendi, cuidado! Penal para Francia, penal para Francia. Hasta el final hay que luchar. Nos distrajimos un segundo. Le va a pegar Mbappé. Gol de Francia. Lo gana Argentina dos a uno. ¡Vamos, Argentina, con todo, eh!

— — — – –

Gol de Claypole a los siete minutos del segundo tiempo.

— — — – –

Ya está, ojo que viene Francia. Francia, hasta antes de esto, no había aparecido. ¡Vamos, Argentina, eh! Va para Mbappé, le pega al arco… Gol de Francia. No se puede creer. Es así. Ya está. Falta el alargue. Vamos, muchachos, vamos. ¿Qué va a hacer? Vamos para adelante, así es el fútbol. Francia empata a Argentina en un partido totalmente cambiante, en un partido realmente para el infarto.

— — — – –

Gol de Claypole a los 12 minutos del segundo tiempo. Empata Claypole, señoras y señores, en un partido totalmente cambiante, en un partido realmente para el infarto.

— — — – –

Va para Lautaro, Lautaro está habilitado, eh. Va para Messi, muy buena, muy buena pelota. Lautaro, Lautaro, Lautaro, tapó el arquero, Messi… ¡GOOOOOOOL, GOL, GOL, GOL, GOL! Marcan offside. Marcan offside. En el arranque de la jugada, marcan offside. El árbitro marca gol, eh. El árbitro marca gol, eh. El árbitro marca gol. ¡GOOOOOOOL, GOL DE LEO, GOL ARGENTINO! ¿Por qué hay que sufrir tanto? ¡La puta madre, Dios!

— — — – –

26 minutos del segundo tiempo. Claypole hace su cuarto gol, ahora va ganando. Y lo que era una fiesta se va apagando de a poco. Queda muchísimo por delante, pero Belgrano va a tener que cambiar completamente si quiere torcer esta historia, para dar vuelta un partido que era inesperado que fuera de esta manera, con el 3–0 contundente y tranquilo que tenía en el primer tiempo la Celeste.

Para que entiendan a la Celeste: durante todo el torneo, tanto en la fase de grupos como en la fase regular, hasta antes de este partido, solo había recibido cuatro goles. Ahora, casi en 70 minutos, ha recibido la misma cantidad que en toda la temporada. Una locura. Realmente, un partido tan cambiante que no se explica.

— — — – –

Le queda la pelota a Mbappé. Penal. Penal para Francia. Remate de Mbappé. Habrá penal para Francia, señoras y señores, no se puede creer. Gol de Francia. Tres a tres. ¡La re puta madre!

— — — – –

Se viene Arrietto por el medio, la pide Gómez. Se viene Arrietto por el medio, la pide Gómez. Se viene Arrietto a gran velocidad, llega ahora Arrietto, centro al medio, va La Pepa, va La Pepaaaa… ¡GOOOOOOOL DE BELGRANO, GOOOOOOOOOL! Romina “La Pepa” Gómez, la número 10, para llevarse la pelota a casa. Ahora Belgrano y Claypole están 4–4. El partido va empatado a los 33 minutos del segundo tiempo. ¡Vamos, Belgrano, vaya y juegue como venía jugando!

— — — —-

El conjunto francés, envío al arco, pone la manito. ¡TAPÓ EL ARQUERO, TAPAAAA EL DIBUUUUU! Tapa el Dibu una pelota sensacional. ¡Lo que tapó el Dibu no se puede creer, es mágico!

— — — – –

40 minutos del segundo tiempo, penal. Patea nuevamente la capitana, Pepa Gómez. Va, Romina, va, Romina, va Romina, Romina, Romina… ¡GOOOOOOL, GOOOOOOOOOOOL! Belgrano 5 – Claypole 4. Por ahora el título otra vez en manos de Belgrano. Quedan tan solo unos minutos donde pueden pasar muchas cosas, pero cómo no soñar.

— — — — –

Va Montiel, va Gonzalo, Montiel al arco. ¡GOOOOOOL, GOOOOOL, GOOOOL! ¡SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO, SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO, SOMOS CAMPEONES DEL MUNDO! La puta madre, 36 años tuvimos que esperar para que el fútbol nos devuelva esta alegría tan grande. ¡Vamos, Argentina! Nunca hay que dejar de creer. Cuando te dolía el corazón, cuando te dolía el alma porque no podías más, pero hay que creer siempre, hay que soñar siempre…

— — — – –

Suena el silbato. FINAL, FINAL, FINAL. BELGRANO CAMPEÓN, BELGRANO CAMPEÓN. CAMPEÓN, CAMPEÓN del torneo profesional de fútbol femenino en la Primera C, en un partido realmente para el infarto. Esto es una FIESTA del fútbol femenino.

_________________________________________

Miércoles 30 de agosto de 2023.

No me imagino la vida sin fútbol”, la escucho decir mientras está acostada en el sillón, con los pies sobre mis piernas mirando el partido de Boca contra Racing por la Copa Libertadores.

La observo mientras me dice que, cuando está jugando, no le importa nada más. “Es increíble, es como si estuviera en un mundo aparte, me apasiona”, cuenta con una voz tan tenue y unos ojos que le brillan, que no dudo ni un segundo en que eso sea verdad.

–¿Qué sentís cuándo pisás una cancha, cuándo tocás una pelota?

–No sé si hay algo que lo pueda describir, es como… no sé, capaz estás reventado y te duele todo, pero te juro que tocás la pelota y desaparece todo tipo de dolor, desaparece todo tipo de problemas. Es como… tenés libertad, estás contento, estás feliz, estás emocionado porque tenés ganas. Es como si una fuerza mayor te llevara a hacer lo que hacés. No sé si soy yo, pero siento que juego con el corazón.

Y es verdad. Mucho se piensa de las jugadoras de fútbol: que sirven mejor para otra cosa, que no les apasiona, que son aburridas para jugar, que no son profesionales, que no van a llegar lejos… Se piensa mucho y se habla poco de las jugadoras de fútbol; poco se las escucha. Muy poco.

La primera vez que vi a Pilar Casas jugar comprendí que el corazón late, un latido muy distinto al que estamos acostumbrados, y late cada vez más fuerte cuando es al correr en busca de una pelota. La mayoría de las personas asocia el color rojo al corazón; Pili lo pinta celeste.

Era miércoles, ese día entramos a la facultad a las ocho y cuarto y salimos a la una y media. La acompañé a su casa y, de ahí, fui a verla entrenar en Belgrano. Tuvimos 40 minutos para llegar desde la universidad, había tráfico. Ulises Bueno sonaba tan fuerte que era casi imposible mantener una conversación.

Apenas entramos a su casa, fue nada más cambiarse y salir de nuevo. Anteriormente Pili se había llevado comida y almorzó en la facultad. Antes de irnos, pedí ir al baño; me tardé dos minutos y cuando salí, estaba esperándome afuera. Odia que le atrasen sus horarios.

Tardamos bastante tiempo en llegar al club; esta vez, su mamá manejaba. La acompañé durante todo su entrenamiento, empezó a las tres y media, hacían 32 grados en pleno agosto. Las chicas practicaron en el predio Armando Pérez en Villa Esquiú, ciudad de Córdoba, y les tocó una de las últimas canchas. Me senté en el pasto húmedo; solo se escuchaba los gritos del entrenador y el canto de los pájaros. Pero había mucho más para escuchar.

Entendí que la mayoría de las jugadoras el amor al deporte las mueve más que cualquier otro interés. Recuerdo la voz de Pili diciéndome: “Estamos encaminadas hacia un gran cambio, pero a la vez falta mucho para eso”. De repente, las pibas, a quienes desde la tribuna les gritaban “volvé a tu casa”, “andá a seguir haciendo videos, tiktoker”, “no sabes tocar una pelota”, estaban ahora paradas, como todos los días, preparándose en la cancha con un contrato profesional firmado y bancando lo que toda su vida les tocó: malos pagos; falta de entrenadores; desigualdades tanto en lugares para entrenar, atención que les dan y forma de viajar; no tener clubes que apuesten por las categorías inferiores para poder formarse con los de su mismo género y edad. Chicas que, a base de rifas, juntan plata para viajar a Buenos Aires al torneo nacional, que no encajan en la escuela, que son llamadas “machirulo” y reciben bullying; y sobre todo, que en la cancha se encuentren alentando nada más por amigos y familia. Pero que para despreciar, esté hasta quien jamás en su vida tocó un arco. Y la mayor paradoja es que Argentina, el país reconocido en el mundo por ser apasionado del fútbol, futbolistas cuentan que es difícil proyectar acá.

Me acuerdo una nota de Pilu diciendo que Belgrano le cambió la vida. Hablamos un poco de eso, y ahora entiendo mejor por qué. El club, conocido públicamente como “el pirata cordobés”, le robó el corazón. Me muestra cómo es uno de los pocos que apuesta por el fútbol femenino, y cómo al hacerlo por ella, ofreciéndole tan solo unos minutos más en la cancha, cambió por completo su mentalidad y confianza. “Cuando un jugador está confiado, saca su mejor versión”, me dijoSin embargo, esta es una realidad excelente, pero muy distinta a la mayoría de las chicas. El fútbol femenino es mucho sacrificio, mucha pasión lo que las mueve, porque plata no les dan, lo único que hacen es quitar tiempo a su vida. Muchas veces no pueden trabajar porque la carga horaria es enorme y no hay trabajos que acepten que sólo estén disponibles por la mañana. Además, hay chicas que juegan en un estacionamiento tres veces por semana, de noche y después, los fines de semana, tienen que jugar y representar a un club que no les dan ni pelota.

Dicen: “Sos en la cancha como sos en la vida”. Y así como todo lo que das, vuelve. Todo el sufrimiento cobra revancha cuando el fútbol te trae consigo una de las mejores sensaciones que sólo podés explicar cuando las experimentás. Te concede una disciplina que la aplicás a todos los aspectos de tu vida y te enseña a entender que no todo siempre va a salir como querés, pero que tenés que seguir adelante.

Veo a Pipi en el medio de la cancha; terminaron una de las series. Todas vienen corriendo a buscar agua. Va hacia la canilla y se moja toda la cara y el pelo, para después volver a correr y hacer “jueguitos” con una amiga. Hacen 25 pases hasta que las llaman para continuar con el entrenamiento.

Terminaron un poco después de las seis de la tarde, después de eso la seleccionaron para un post-entrenamiento.

–¿Qué pensás?– le digo mientras nos dirigimos a buscar la merienda que ofrece el club.

–Por qué mierda elegí jugar al “fulbo”– y sigue caminando dejándome atrás.

________

Llegamos a su casa un poco después de las siete de la tarde; nos buscó su padre. Escuchamos durante todo el camino el partido de Belgrano contra San Lorenzo por los octavos de final de la Copa Argentina. Al llegar, continuamos viéndolo en la tele. Media hora después, Pilu ya estaba cenando.

“Tiene horarios especiales, Pili, no sé si te diste cuenta”, me dice el padre riendo. Insinuando a lo temprano que cena.

San Lorenzo y Belgrano están en el minuto 43. Desenfocan la cancha para mostrar la luna.

“Qué hermosa luna”, opino. Esos días se hablaba mucho de la aparición de la Superluna de Esturión.

“Sí, muy hermosa la luna, pero me chupa un huevo la luna, enfocame el partido de fútbol”, dice Pipi atrás mío.

No fue el resultado que esperábamos, los Piratas pierden 1 a 0.

Después de eso nos pusimos a estudiar para la facultad. Hoy era un día bastante tranquilo. Tranquilo nada más para Pilar que no se le sumaban actividades de otros días como gimnasio, piano e inglés.

–¿Cómo hacés? ¿No te agobiás?– La admiro, muchas personas dicen que los/las futbolistas tienen la vida resulta, pero ella me muestra lo contrario. Podría hacer lo que se considera “común” en una persona de 19 años, pero en cambio, está constantemente en busca de lograr una nueva meta, de seguir progresando y lo mejor de todo esto es que eso la enorgullece de sí misma.

Se ríe tímida.

–Sí, hay momentos en los que me agobio, quizás lloro, pero sigo. Son cosas que me hacen feliz y disfruto hacerlas. Obviamente ha habido momentos en los que pensé en dedicarme exclusivamente al fútbol, pero cuando hice eso fue cuando peor me encontré. Considero que entre más cosas tenés que te hagan feliz, más feliz vas a ser. Está bueno no dejar las energías puestas en un solo lugar.

–¿No sentís mucha presión también por parte de los demás?

–No…Sé que, si no disfruto, dejo el fútbol. Lo pude aprender este año, me llevó mucho tiempo.

Estoy sola en el comedor con su padre y su madre, Pili se fue a bañar. Mientras tanto, miro unas fotos suyas de cuando era chiquita. Veo una saludando disfrazada de… ¿pato? Me río, me sorprende cómo esa niña enana, inocente y con frequillo tenía desde tan temprano decidido que iba a hacer; que en el momento en que la llevaron a una clase de tenis, se cambió a la cancha de fútbol. Esa misma nena hoy pasó por cuatro clubes, distintas canchas de Argentina y del exterior, y hasta llegó a jugar seis meses en Estados Unidos donde salió campeona. Aún así, decidió volverse, renunciando a su sueño de jugar en el país del norte porque notaba que en Argentina se vivía con mucha más pasión. Todo para siempre superarse sin atarse a nada ni a nadie, ni siquiera su país natal y familia, pero sobre todas las cosas, sin dejar de lado su corazón y su felicidad. Porque así es Pilar: una piba empática, confiable, que te hace reír y que, si le pedís un consejo te va a decir que hagas lo que hagas, lo hagas con el corazón, que eso es lo más importante; que los resultados y todas las cosas que tengan que llegar, van a llegar solas. Pero si realmente disfrutás del proceso, ganás muchísimo más que conseguir eso que tanto querés.

Encuentro una foto con su hermano mayor. Suele hablar mucho de él, siempre como su máximo ídolo, a quien veía jugar con su papá y a quien actualmente ve como un modelo a seguir.

Converso un poco con los padres.

–¿Cómo fue que Pili decidiera irse a Estados Unidos?– me atrevo a preguntar.

–Fue duro…–expresa el padre.

–Pero hacés todo para ver feliz a tus hijos– completa la madre.

Me pone feliz por ella. Muy pocas veces se llega a notar todo el apoyo que hay detrás de una persona de público reconocimiento por parte de esa gente que siempre está, te acompaña en tu proceso, se pone contenta por vos y te cuida. Tan importante que si no hubiera estado, la historia sería distinta. Me pone feliz porque Pili posee todo eso y sobre todo se tiene a ella misma, que reconoce todas sus fortalezas y debilidades, se valora y no escucha a personas que le tiran comentarios negativos porque ella misma sabe perfectamente cómo llegó y todo lo que pasó para estar en donde está.

Pilar una vez me contó que tanto el fútbol como las redes le hizo valorar muchísimo y muchas veces entender que no somos conscientes en el efecto que podemos tener en el otro tanto en una compañera como en la gente en general.

Hablando de Roma, un rato más tarde entró en la cocina la número siete. La veo grabar contenido para TikTok e Instagram; no para ni un segundo. Hablamos un poco de su trabajo, junto con las beneficios y desventajas que trae ser una figura reconocida. Me comenta lo complicado que a veces se torna, especialmente en aquellas ocasiones en que por más que estés teniendo un mal día y quieras estar sola, recibís autógrafos y fotos siempre intentando poner la mejor de las ondas, poniéndote en el lugar del otro.

Nos acostamos en el sillón a presenciar el partido de Racing contra Boca por la Copa Libertadores, que empezaba a las nueve y media.

–Puro día de fútbol tocó hoy, eh.

La escucho decir: “No me imagino la vida sin fútbol”, mientras se acuesta mejor en el sillón y pone sus pies arriba de los míos, para continuar viendo el partido. La observo mientras me dice que cuando está jugando no le importa nada más; que es su motivación. “Es increíble, es como si estuviera en un mundo aparte, me apasiona”, balbucea con una voz tan tenue y unos ojos que le brillan que no dudo ni un segundo en que eso sea verdad.

–¿Qué sentís cuando pisás una cancha, cuando tocás una pelota?

–No sé si hay algo que lo pueda describir, es como… No sé, capaz estás reventado, te duele todo, pero te juro que tocás la pelota y desaparece todo tipo de dolor, desaparece todo tipo de problemas, es como… Tenés libertad, estás contento, estás feliz, estás emocionado porque tenés ganas. Es como si una fuerza mayor te llevara a hacer lo que hacés. No sé si soy yo, pero siento que juego con el corazón.

–Se nota, te miro cómo jugas y tus ojos cuando hablás de eso, y se nota.

–Que sufro… sufro, que quiero llorar del dolor de las piernas, obvio; decir que ganas de dedicarme al canto y no estar haciendo esto, pero… todo lo que siento cuando tengo la pelotita en los pies, no lo siento en ningún otro lado.

–¿Nunca te replanteaste dejar?

–Una sola vez en mi vida. Me encontraba en un momento malo. Este año, cuando todo marchaba bien, cuando yo más debería disfrutar y, en el cual firmo mi primer contrato profesional y las cosas se dan para que yo brille… un día voy a entrenar y me doy cuenta de que no lo estoy disfrutando, que la estaba pasando mal. Me di cuenta de todo el tiempo que el fútbol me lleva, todo lo que perdí y dejé de lado por elegir el fútbol… cumpleaños, juntadas, fiesta y baile de egresados, viajes…

–¿Sentís que sacrificaste mucho?

–Al día de hoy no lo veo como un sacrificio, porque es algo que yo elegí con el corazón. Pero sí, ha sido mucho lo que dejé y este año ha sido el primero en que lo dimensioné. Y pasé por la crisis propia del futbolista, me enojé mucho conmigo misma, pensando… ‘¿Cómo puede ser que ahora, que firmo un contrato, que cobro por lo que me gusta hacer… no lo disfruto?’. Me acuerdo que lo hablé con mi psicólogo y lloraba, lloraba, lloraba, no podía parar. La gente me decía que lo pensara mejor, que no podía tirar la toalla ahora, y yo también lo hacía. No sé si me lo perdonaría, es mucho. Mi familia,de todas maneras me apoyaba, me decía que no hacía falta que hiciera algo que no quería hacer. Pero en el fondo yo sabía que no iba a dejar este deporte, no hay forma.

Nos quedamos un rato largo en silencio, solo se escuchaba el relato del partido. Noto cómo los hinchas de Racing insultan a Chiquito Romero por estar jugando ahora para Boca. Observo a Pili y me pregunto si le pasó lo mismo cuando se cambió de Talleres a Belgrano. Pienso en todo el odio que recibió por parte de muchas personas, inclusive de aquellas que en un momento estuvieron para ella y ahora le dan la espalda, sin tener ni idea de todo el dolor qué hubo detrás de tomar cada decisión. Me pregunto si algún día la gente comprenderá que el deporte y la pasión por él no cambia por vestir una camiseta de otro color. Al contrario, el momento que más nos llevamos al corazón y donde todos nos juntamos es cuando todos las pintamos de los mismos colores. Todos somos uno. Cuando comprendemos que los rivales son solo adentro de la cancha, pero afuera son amigos, y que el futbolista tan solo es una persona como todos que busca siempre continuar su camino y progresar en su trabajo. Y el hincha, por su parte, no debe dejar de apoyar a los buenos jugadores, sin importar la camiseta que vistan, ahí es cuando encontramos la existencia y el sentido del deporte.

–¿Le tenés miedo a algo, Casas? — corto el silencio.

–Uf…Le tengo miedo a que las cosas no salgan como realmente quiero ¿sabés? Siento que la vida, mi vida en particular, tiene muchos caminos por recorrer por lo cual no me preocuparía que alguno se cierre, pero sí me preocuparía que ese camino que yo elija no me haga feliz.

–¿Qué es lo que querés? ¿Cuál es tu vida soñada?

–Y… Mi vida soñada, honestamente, no la tengo planificada. Sé que quiero que esté vinculada al fútbol de alguna u otra forma… Vivir cerca del mar… En España. No me visualizo en realidad, pero porque aprendí a no hacerlo. Muchas veces proyecté y no pasó, me puse sobretodo muy triste por cosas que no pasaron pero yo creía que iban a pasar y dije bueno, pará: viví tranquila, vivenciá el ahora y después ve. Me ayudó mucho a disfrutar y estar en el presente.

–¿Tenés alguna meta?

– Jugar en la Selección Argentina sería una gran meta deportiva.

–Ya lo hiciste.

–Sí, estuve un tiempo, tres semanas precisamente a fines de 2021, viviendo y entrenando en el Predio de Ezeiza– expresa con una sonrisa de oreja a oreja

–¿Cómo fue eso? ¿Te acordás ese día?

–Casi me muero, no sabes cómo lloré. Estaba en la cocina y me llega un mensaje de mis amigos… me acuerdo de que en ese momento me habían robado el celular así que tenía uno prestado chiquito… me dicen: ‘Pili te citaron para la convocatoria para la Selección’ y nada… vi ese mensaje y mientras lloraba grito ‘me llamaron para la Selección má’, y empecé a llorar, llorar y llorar. No fui a mi fiesta de egresados por eso, me avisaron que tenía que ir a Buenos Aires con una semana de anticipación, ya tenía el vestido, las invitaciones, todo lo otro comprado, pero no me importó nada.

–Uf… Un momento hermoso. Todo lo que hiciste comenzaba a dar frutos.

–Sí. Yo siempre soñé con ir a la Selección, fueron muchos años. Cuando tenía 15 años vinieron a Córdoba y de 300 chicas quedaron seleccionadas solamente nueve. Y de ocho, viajaron seis, yo fui una de esas dos que no viajaron. Fue la mayor desilusión que tuve en este deporte, fue algo que me marcó muchísimo como jugadora. Cuando pasa esto yo arranco a entrenar doble turno, me mato y cuando me llega esta convocatoria después de tantos años que se me haya dado fue increíble.

–¿Y qué sentiste cuando llegaste?

–No lo podía creer… La mejor cancha que pisé. El trato, la ropa, la comida, todo fue increíble. Estaba en un estado de shock. No sé cómo explicarlo.

–Los mejores sentimientos y experiencias son las que no se pueden explicar… ¿No ténes alguna canción que te represente en el fútbol?

–Hay una canción llamada “Me vieron cruzar”, de Calle 13, que marcó mucho mi carrera futbolística, la escuchaba todo el tiempo que necesitaba algún tipo de motivación, me ayudó mucho.

Quedo perpleja. Ahora lo entendí por completo. No tenía ni idea de lo que era el fútbol, ahora lo entiendo.

Y los deseos me vieron nacer

Los árboles me vieron crecer

El océano me vio navegar

Las estrellas me vieron cruzar

Las estrellas me vieron llegar

Las estrellas me vieron perder

Las estrellas me vieron ganar

Las estrellas me vieron correr

Las estrellas me vieron volar

Es mucho más que un deporte, es un oxígeno con olor a potrero, un cruce interminable donde te vas a caer, levantar, tropezar, perder y ganar… Donde esto no lo va a presenciar nadie más que vos y las estrellas, y vas a mirarlas y querer seguir, volar y alcanzar la gloria eterna que te prometiste.

Terminamos de ver el partido. Boca gana por penales. Decidimos irnos a dormir, mañana jueves cursábamos muy temprano.

Apagamos todo y cuando me estaba por ir, noté algo que no había visto antes, la respuesta de todo. En la mesa donde comimos quedaba una luz tenue que remarcaba un objeto arriba de la mesa inusual: una pelotita de fútbol de cuadros blancos y negros de un material que parecía un peluche, era un poco mayor de la palma de una mano. Sonreí. Esta gente se alimenta de fútbol.

La vida de Pilar Casas, una joven futbolista, revela el intenso compromiso y sacrificio de las jugadoras de fútbol en Argentina. Entre entrenamientos, viajes y presiones, Pilar encara cada desafío con pasión y entrega, encontrando en el deporte una libertad y felicidad únicas. Esta crónica nos lleva al corazón del fútbol femenino y a los sueños, dificultades y alegrías que enfrentan quienes, como Pilar, viven y respiran fútbol cada día.